Elevadores y ascensores ¿son diferentes?

En general nos referimos a elevadores y ascensores como si fueran lo mismo, porque la función principal es el transporte vertical, salvando desniveles, escaleras, haciendo más accesibles los espacios y mejorando la movilidad de los usuarios.

La normativa vigente dice: se considera ascensor a todo aparato de elevación instalado de forma permanente en edificios o construcciones que sirva a niveles definidos. Con un habitáculo que se desplace a lo largo de guías rígidas y cuya inclinación sea superior a 15 grados. Cuya función sea el transporte de personas, de personas y objetos o solamente objetos en el caso de disponer un habitáculo accesible. Es decir, si está provisto de órganos de accionamiento situados dentro del habitáculo o al alcance de una persona situada dentro del mismo.

Los aparatos de elevación que se desplacen siguiendo un recorrido fijo, aunque no esté determinado por guías rígidas, también serán considerados como ascensores.

Los elevadores son aparatos que se utilizan para subir, bajar o desplazar mercancías en almacenes y construcciones, aunque también existen elevadores para personas.

La diferencia fundamental entre los elevadores y los ascensores es la velocidad, mientras que los elevadores son de velocidad reducida, 0,15 m/seg., los ascensores suelen circular con una velocidad superior. Como consecuencia, también los requisitos técnicos son menores en los elevadores que tienen menos velocidad.

Para la instalación de un elevador se puede usar la tensión monofásica, que es la habitual, mientras que los ascensores necesitan una tensión trifásica, lo que se nota en el consumo energético y por tanto en la factura.

Otra de las diferencias es el mantenimiento, aunque en ambos es obligatoria la contratación con una empresa de mantenimiento debidamente autorizada, en los elevadores de menor velocidad la inspección debe hacerse cada cuatro meses, mientras que en los ascensores de mayor velocidad el mantenimiento es mensual.

En resumen, los elevadores son adecuados para viviendas privadas, unifamiliares, edificios como máximo de 5 alturas, en edificios y locales comerciales de poca altura, y siempre que se prevea que el uso no va a ser intensivo.

  • Tienen un menor coste.
  • Los requisitos para su instalación son menores.
  • El coste de mantenimiento y conservación es menor.
  • Su velocidad reducida no lo hace apto para edificios de más de 5 alturas o con un tráfico intenso.

En el caso de que las condiciones anteriores no se den, es mejor optar por un ascensor convencional.

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