Ascensoristas: Cuando viajar en ascensor, era un oficio

La profesión de ascensorista está ligada al ascensor desde su creación.
Se necesitaba una persona que ejecutara, de manera manual, distintas tareas como abrir y cerrar las puertas interiores
y la de seguridad, accionar la palanca de control que ponía en funcionamiento el ascensor y controlaba la velocidad o
pulsar los botones para acceder al piso elegido. Además, debía tener una gran pericia a la hora de alinear el suelo del
ascensor con el del piso de llegada.
Pero el trabajo de ascensorista abarcaba más competencias, era una especie de relaciones públicas del edificio.
Cuando alguien entraba en un edificio comercial, podía contar con él para resolver sus dudas sobre algún departamento
o producto. Por eso, cuando el ascensor se automatizó, muchas empresas siguieron conservando estos trabajadores,
ya que aportaban un plus de humanidad y servicio.
Actualmente su trabajo se ha reducido a los ascensores turísticos, hoteles de cinco estrellas y algunos edificios de apartamentos de lujo.
Como ya comentamos en una entrada anterior, los espejos en los ascensores surgieron casi a la vez que desaparecía
este oficio, ya que al no existir ese acompañamiento, los espejos reducían la ansiedad de algunas personas al viajar solos.
Como recuerdo de este oficio, nos queda su presencia en algunas películas, como el discreto ascensorista de “Pretty
Woman” o Shirley MacLaine, la ascensorista que tenía enamorado a Jack Lemmon, en el “Apartamento”.
Desde Melco Ascensores esperamos que os haya gustado esta entrada en la que hemos intentado recordar un oficio,
hoy prácticamente desaparecido, pero que tuvo una gran importancia en el inicio de los elevadores y que forma parte de su historia.

